Flor de abismo

Fue -diría yo- una primera “revisión”, mi primer experimento de dirección a la vez de hacer un unipersonal con parte de mis vivencias y materiales sacados de algunos de mis trabajos. Intentaba contar “mi historia” a través del canto, de las canciones íconos en mi vida y las de mi gente: Edith Piaf, Janis Joplin, Elis Regina y las peruanas Flor Pucarina y Lucha Reyes. En ese momento yo no lograba explicar que significaba esa obra en mi vida, más sí tenía la certeza de querer hacerla.

Los ejes de la obra eran una niña que soñaba con ser artista, que casi había crecido con el oficio de ser actriz; la vida de estas cantantes que habían vivido al filo de la navaja, que no habían podido con su éxito, y se habían quebrado muy jóvenes por la presión de un sistema interesado en ellas como un producto y una actriz que por motivos políticos tiene que abandonar el país, cierra su teatro, guarda en cajas sus vestuarios y se despide encarnando, cantando, agradeciendo, limpiando y empacando su teatro e increpando a su padre ya muerto. La vela encendida era él y el diálogo que nunca tuvo. Quería decir muchas cosas: mitos y ritos de mi propia vida, vivencias tan fuertes a nivel personal. Pero solo las toqué, no las penetre y me desvié en ese afán de mirar en el otro y no atreverme a mirarme y a percibirme sin juzgarme. Sin embargo, le estoy muy agradecida porque ahora que veo más allá, me doy cuenta que estaba el hecho teatral que me animaba, el cómo hacerlo. Cuando fui invitada hace poco tiempo a un festival de mujeres creadoras en Quito, vi que hoy las mujeres creaban sobre sus propias vivencias, algo que no le dábamos mayor valor en ese entonces.

Duracion : 50 min

Unipersonal